El Gobierno brasileño se ha trazado la meta de que el
primer tren de alta velocidad del país, que uniría las ciudades de Río
de Janeiro y Sao Paulo, comience a funcionar en 2018 o, como máximo en
2020, informó hoy una fuente oficial.
Por medio de un concurso la construcción de la primera fase de los trenes se definirá, así mismo la operación del sistema, que será concedida durante un plazo inicial de 30 años, y posteriormente, a inicios de 2014, se licitará toda la construcción de la infraestructura, que supone los tendidos ferroviarios y las estaciones, entre otras obras.
Esa segunda etapa se dividirá en por lo menos diez trechos a fin de "acelerar las obras", que se pretende tener concluidas y en operaciones para el 2018, "aunque se dará plazo hasta 2020", indicó.
El 60 % de la inversión prevista será financiada por el estatal Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que para evitar el riesgo de variaciones cambiarias dará su apoyo crediticio en reales y con tasas de interés preferenciales, confirmó Figueiredo.
Se cuenta con el interés de empresas de Alemania, Francia, España, Corea del Norte y Japón, que son los países "con la mayor y mejor experiencia en alta velocidad en el mundo" en los aspectos tecnológicos y de gestión.
El Gobierno se comprometerá ahora a que el operador del tren sólo comenzará a pagar una vez que el sistema sea rentable, con lo cual asumirá por completo ese riesgo y hará el proyecto más atractivo para el sector privado, dijo.
Según las previsiones del Gobierno, el que sería el primer tren de alta velocidad de América Latina transportará a unos 33 millones de personas en su primer año de operaciones y llegará a 100 millones para 2030.
Sao Paulo y su periferia tienen hoy alrededor de 20 millones de habitantes, una población similar a la que sería atendida en Río de Janeiro, por lo que la rentabilidad del tren "está asegurada", dijo Figueiredo.
El proyecto es considerado complejo, pues implicará construir 90,9 kilómetros de túneles y otros 107,8 kilómetros de puentes y viaductos para salvar ríos y desniveles de relieve que presentan dos sierras que separan a Sao Paulo de Río de Janeiro. (EFE)
La Republica
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