Hoy en día a nadie le queda duda que el
ferrocarril es el sistema más apropiado para el transporte de carga de
la industria pesada y de alto volumen por excelencia. La mayor parte de
los países del mundo tienen una visión del ferrocarril como un sistema
interconectado no solo físicamente sino a nivel de tarifas, intercambio
de equipos y de sistemas tecnológicos; y para hacer más eficiente dicho
sistema y garantizar la competencia, es saludable que se adjudiquen en
concesión al sector privado tramos específicos del sistema ferroviario a
diferentes empresas; no obstante ello, dicho sistema debe tener planes
de desarrollo integrales y en donde los mismos concesionarios se
complementen en algunos tramos.
México es un excelente ejemplo de los
beneficios generados por un sistema ferroviario eficiente y competitivo,
en dicho país los ferrocarriles pueden ser complementarios, cuando una
carga se origina en las vías de un ferrocarril y tiene como destino
final una localidad ubicada en las vías de otro ferrocarril. En otros
casos, se convierten en competidores, cuando la carga origina y termina
en puntos servidos por dos o tres ferrocarriles distintos. Como caso
ilustrativo, supongamos que existe carga saliente de la Ciudad de México
con destino a Estados Unidos. Para tal carga hay tres opciones
interesantes. Primero, se puede salir por el paso fronterizo en Nuevo
Laredo, Tamaulipas, con el ferrocarril TFM.
Como segunda opción, se
pueden usar las líneas de Ferromex, para salir por cualquiera de los
pasos fronterizos que éste ferrocarril tiene, por ejemplo, Piedras
Negras, Coahuila. Por último, la tercera opción es salir por el sur con
Ferrosur hacia el puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, para abordar el
ferro buque de CG Railway hacia New Orleans, atravesando el Golfo de
México. Esta competencia genera garantías para el cliente en cuanto a
calidad de servicio y nivel de tarifas, especialmente en el caso de
puertos y grandes centros productivos.
En la actualidad, en donde las sinergias
y las economías de escala son claves para mejorar la competitividad de
las industrias, no es descabellado pensar en integraciones de sistemas
ferroviarios con países vecinos. En América Latina y el Caribe hay 38
empresas de ferrocarriles de carga, de los cuales 32 tienen gestión
privada y seis gestión pública. Hay cinco en Chile, dos en Bolivia, dos
en Perú, dos en Colombia, una en Costa Rica, siete en México, una en
Cuba, una en Panamá, una en Venezuela, nueve en Brasil, seis en
Argentina y una en Uruguay. Las privadas movilizan el 39% del tonelaje
ferroviario latinoamericano.
Entre 1999 y 2012, en su conjunto, los
países de América Latina crecieron un 54%. Mientras que el tráfico
ferroviario en esas 38 empresas creció cerca del 79% y las
toneladas-kilómetro (toneladas por distancia) crecieron 97%. El tráfico
ferroviario de carga creció más que las economías. Además, la distancia
media de los envíos creció. En Brasil, el tráfico creció el doble que la
economía. En México, la economía creció 34% y el tráfico 53%. En Chile,
el tráfico y la economía han crecido prácticamente de la misma manera,
mientras que en Argentina, la economía creció cerca del 70% y el tráfico
ferroviario 16%.
Los tres mejores concesionarios argentinos son Nuevo
Central Argentino, Ferro Expreso Pampeano y Ferrosur. Si tenemos en
cuenta su comportamiento, el crecimiento fue del 44%. El sistema
ferroviario argentino mueve 22 millones de toneladas, y Brasil concentra
una porción sustancial del tráfico: 560 millones de toneladas. El
segundo sistema ferroviario de América Latina corresponde a México, que
transporta más de 100 millones de toneladas. El tercero es Colombia. Hay
un conjunto de países que tienen tráficos menores: Chile (10 millones),
Bolivia (dos millones), Uruguay (un millón), Costa Rica (200 mil
toneladas).
Brasil y México, juntos, mueven más del 80% del tráfico
ferroviario de América Latina. En Brasil la participación del
ferrocarril en el transporte terrestre de cargas es del 30%, en México
del 25%, en Colombia del 17%, en Chile del 6%, y en Argentina solamente
del 5%, mientras que el camión mueve el 95%. Del total de las cargas que
se transportan por ferrocarril, dos terceras partes corresponden a
minería, mineral de hierro y carbón. El 13% de las cargas son granos,
cereales y productos alimenticios; 4% materiales de construcción, y 3%
combustibles, petróleo y derivados.
Estados Unidos es el sistema ferroviario
más exitoso y rentable del mundo.
Representa un cuarto del tráfico
ferroviario mundial. Tiene 150 km de líneas y logra una de las mejores
participaciones del ferrocarril frente al camión: 40%. Si uno agrupa los
tráficos de Estados Unidos, después del carbón, el grupo de productos
más importantes son los químicos y sus relacionados. Esta industria
moviliza por ferrocarril tráficos masivos: 160 mil toneladas anuales, lo
que representa el 10% del tráfico total ferroviario y el 14% de los
ingresos de la industria. Aporta ingresos por US$ 10 mil millones por
año. A su vez, Estados Unidos penetra en México.
Las redes ferroviarias
en México, Estados Unidos y Canadá están totalmente integradas. El 40%
del tráfico que mueve México es de importación y de exportación con
Estados Unidos. Llevan desde automóviles hasta cerveza Corona (dos
millones de toneladas de cerveza Corona salen de México por ferrocarril
hacia USA cada año). México mueve el 6% de su tráfico total, 7 millones
de toneladas en productos químicos y petroquímicos.
En el Perú a partir del 2016 se
empezaría a desarrollar el sistema ferroviario peruano si el MTC cumple
con concluir en el 2015 el Plan Ferroviario ofrecido. Se espera que
dicho sistema contribuya a mejorar la competitividad de la cadena
logística del transporte del país. Será valioso que en dicho Plan el
sistema ferroviario sea conceptualizado no solo como un sistema que
busca integrar el transporte entre las 50 cadenas logísticas que se han
identificado al interior del país, sino también como un vehículo, que,
mirando a futuro, busque integrarse al transporte transfronterizo con
los países vecinos ad portas de la entrada en vigencia de la
Alianza del Pacifico. Si dicho sistema resulta exitoso, en 10 años las
economías que integran dicha Alianza quedará doblemente fortalecida.
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